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La lactancia materna proporciona todas las sustancias y nutrientes que los infantes necesitan para su desarrollo físico y mental, así como la protección que ofrece contra enfermedades frecuentes durante esta etapa de la vida. Asimismo, se sostiene que esta práctica también beneficia a las madres al reducir el riesgo de cáncer de mama y de ovarios, además de su efecto en el espaciamiento de los embarazos y en los niveles de fecundidad.1
La Organización Mundial de la Salud (OMS) para una alimentación infantil óptima, estipula la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida e iniciar la alimentación complementaria, adecuada y segura a partir de los seis meses de edad.2
La leche materna constituye la primera vacuna y la más completa que reciben los niños al nacer, por lo que la decisión de lactar por dos años y más tiene importantes beneficios para la salud y el bienestar de la madre y el lactante. Todos los especialistas hacen énfasis en no separar al binomio madre-hijo y continuar lactando hasta el tiempo establecido incluso en aquellos casos que las madres estén enfermas con el SARS-Cov-2.
Existen controversias sobre la transmisión del virus de la madre al feto, aunque hasta la fecha, no ha sido descrita la vía transplacentaria al feto en mujeres gestantes infectadas en el último trimestre, ni se ha identificado la presencia del virus en muestras analizadas procedentes del líquido amniótico, sangre del cordón umbilical o leche materna.3 Por lo que los especialistas refieren que siempre que se cumplan las medidas higiénico-sanitarias establecidas no hay riesgo de contagio con la nueva enfermedad.
Sin embargo, a partir de los ensayos clínicos con los candidatos vacunales que se desarrollan en el país, varias son las madres cubanas que han abandonado la lactancia materna para ser vacunadas. Hasta la fecha, los estudios de los candidatos vacunales excluyen a las gestantes, puérperas y aquellas que se encuentran amamantando hasta no tener una sólida evidencia de que son seguros para este grupo de riesgo.
Si bien las vacunas anti SARS-Cov-2 protegen de un posible contagio, retirar la lactancia materna no es una opción pues coloca en desventaja al lactante en contraer el virus u otras enfermedades que lo pueden hacer evolucionar a la gravedad tanto o más que la pandemia, pues los beneficios de la lactancia superan cualquier riesgo potencial de transmisión del virus.
Cuba inicia los ensayos clínicos en la población pediátrica sin incluir a los menores de tres años, pero el llamado sigue siendo a la de la protección. Por lo que se recomienda seguir amamantando.
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1. Góngora-Ávila CR, Mejias-Arencibia RA, Vázquez-Carvajal L, Frías-Pérez AE, Cruz-Pérez JL, Cruz-Morales RC. Efectividad de una intervención educativa sobre el nivel de conocimiento de lactancia materna en gestantes. 16 de Abril [Internet]. 2021 [citado 15/06/2021]; 60(280):e1206. Disponible en: http://www.rev16deabril.sld.cu/index.php/16_4/article/view/1244
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2. González-García X, Cardentey-García J, Porras-Mijans O, Pérez-Madrazo K, González-Rodríguez R. Conocimientos en embarazadas sobre beneficios de la lactancia materna para salud bucal del futuro bebé. AMC [Internet]. 2019 [citado 15/06/2021]; 23(5):604-616. Disponible en: http://revistaamc.sld.cu/index.php/amc/article/view/6327
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3. Baglán-Bobadilla NV. Promoción de la lactancia materna en tiempos de COVID-19. Rev Inf Cient [Internet]. 2020 [citado 15/06/2021]; 99(5):410-411. Disponible en: http://www.revinfcientifica.sld.cu/index.php/ric/article/view/298
- » Recibido: 15/06/2021
- » Aceptado: 27/09/2021