Señor editor:

La infertilidad masculina es una condición que afecta la capacidad de un hombre para contribuir al embarazo después de un año de relaciones sexuales sin protección. A nivel internacional la infertilidad afecta entre el 8-12% de las parejas y se estima que, en aproximadamente el 40-50% de los casos de infertilidad en parejas, el factor masculino es una de las principales causas.¹

Las causas comunes, por nombrar algunas, serían: los problemas de producción de esperma que incluyen baja cantidad de espermatozoides (oligospermia); ausencia de espermatozoides (azoospermia) o problemas con la movilidad y morfología de los espermatozoides; las alteraciones hormonales que consisten en desequilibrios en la producción de hormonas como la testosterona pueden afectar la producción de esperma; así como los estilos de vida, como: tabaquismo, consumo excesivo de alcohol, uso de drogas, obesidad y estrés, pueden afectar la fertilidad.¹

La edad de los progenitores es un factor crucial en la tasa de fecundidad masculina, siendo óptima entre los 24 y 25 años. A partir de los 40 años, el riesgo de infertilidad aumenta debido a la disminución de la calidad espermática. Con la edad, los espermatozoides tienden a perder eficacia en la fecundación y el envejecimiento afecta las vesículas seminales, reduciendo el volumen y la motilidad del semen.

En estudios se ha observado que la mayoría de los pacientes con problemas de fertilidad están en el rango de 25 a 29 años, lo que coincide con investigaciones previas que también destacan la influencia negativa de la edad en la fertilidad.²

En Cuba, se estima que unas 300000 parejas requieren atención por infertilidad, con una incidencia entre el 12 % y 15 % de la población. El 30 % de los casos se deben a causas masculinas. Algunas infecciones, adquiridas por relaciones sexuales sin protección, pueden afectar la producción de espermatozoides o causar cicatrices que bloquean su paso. El Ureaplasma urealyticum es el patógeno más común en infecciones genitourinarias, presente en el 42,9 % de los casos; seguido por Mycoplasma y Chlamydia trachomatis, que también afectan la fertilidad masculina.³

La infección porUreaplasma urealyticumen el tracto genital masculino es un factor de riesgo importante para la infertilidad masculina. Entre los síntomas de esta infección se encuentran: dolor y malestar en el perineo, testículos aumentados, necesidad frecuente y dificultad de orinar, sensación de ardor en la uretra al orinar y secreción mucosa de la uretra.⁴

Un estudio en China mostró que dicha infección afecta negativamente la calidad del semen, con inclusión del valor de pH, el tiempo de licuefacción, la concentración y la motilidad de los espermatozoides.⁵Los datos del estudio indicaron que la infección porUreaplasma urealyticumes frecuente en varones jóvenes (30,83%), un porcentaje superior al de otros estudios, posiblemente debido a diferencias en los métodos de detección o regionales. Tras la infección, se observó una reducción significativa en el número, concentración, actividad y tasa de supervivencia de los espermatozoides. La infección afecta directamente la combinación espermatozoide-óvulo, interfiriendo con la maduración de los espermatozoides en los túbulos contorneados.

Las infecciones mixtas tuvieron un efecto más significativo en los parámetros del semen que otros patógenos, aumentando el número de espermatozoides móviles no adelantados. La infección porUreaplasma urealyticumpuede adherirse a los espermatozoides, lo que afecta su vitalidad, motilidad, morfología, integridad celular y estructura molecular. Esto se debe al desarrollo de inmunidad protectora contra la infección genital.⁵

Comparado con muestras de semen sin patógenos, la infección por Ureaplasma urealyticumaumenta significativamente la tasa de malformación de los espermatozoides. Cuando la proporción de espermatozoides normales es menor al 4%, se reduce la probabilidad de embarazo. La infección afecta la morfología de los espermatozoides, lo que daña la membrana en el sitio de absorción y causa deformidades como cabezas grandes, dobles y sin cola. Además, puede estimular la producción de mediadores inflamatorios que dañan la morfología de los espermatozoides.⁵,⁶

Por tanto, es esencial abordar los factores de riesgo modificables, como mejorar el estilo de vida y tratar las infecciones genitourinarias para mejorar la fertilidad masculina. Se recomienda a los hombres mantener un control médico regular, evitar hábitos nocivos y tratar las infecciones a tiempo para preservar la calidad del esperma.