“Rigor científico” y “apertura”, nunca acrítica, parecen ser el norte con el que capitanea Revisa Información Científica (RIC), la Doctora en Ciencias Lidia Esther Lorié Sierra, especialista de I y II Grado en Ginecología y Obstetricia, miembro titular de la sociedad cubana de la especialidad, y presidenta de su Capítulo en la provincia.

“Es simplemente, ser conscientes de lo que significa esta publicación para el territorio, para los autores y los médicos, estomatólogos, tecnólogos que la leen y, a partir de ahí, proyectarnos en ser un espacio para promover los resultados científicos que, en cuestiones de productos, muestran nuestros investigadores, tanto locales, como nacionales, regionales e internacionales, porque estamos abiertos al mundo”.

Su llegada, como directora, a RIC coincidió con un momento de tránsito entre la pospandemia y la vuelta a los problemas de siempre, preteridos durante casi dos años por las urgencias de la COVID-19. Los logros, entonces, tampoco se detuvieron. “La visibilidad y posicionamiento de la revista, facilitó que la Universidad de Ciencias Médicas de Guantánamo firmara un convenio colaborativo internacional con la Asociación Latinoamericana de Ciencias Neutrosóficas (ALCN), radicada en Quito, Ecuador”, enumera y continúa:

“Durante el 2022 recibimos 330 838 visitas de todo el mundo a nuestra web, la más alta desde su fundación, publicamos suplementos dedicados a eventos internacionales de la Universidad de Oriente y la Universidad de Ciencias Médicas de La Habana, así como el de maestría en Ciencias de la Educación de la Universidad de Guantánamo”.

Las citas en Google Académico,¹ el motor de búsqueda de Google especializado en la búsqueda de contenido y bibliografía científico académica, “también rompieron récord con más de 1 212 citas en 2022; logramos 30 % de internacionalización en los autores publicados y 18 % de colaboraciones con países extranjeros”.

¿Qué debe venir ahora? ¿Cuáles son los temas que deben centrar la producción científica actual?, preguntamos a la también responsable del Programa de Diagnóstico para Cáncer de Cuello Uterino en la consulta de Patología de Cuello, que asume además las lesiones del tracto genital inferior femenino.

“Partiendo de los problemas del territorio, no deben descuidarse los temas relacionadas con la niñez y la prevención de accidentes, la adolescencia y la salud sexual y reproductiva, desde una mirada de género, visto desde la mujer sin descuidar al hombre.

“Es, abunda, un tema que además se relaciona con toda la política demográfica del país, porque cuidar a esos adolescentes de hoy influirá en la salud reproductiva de las mujeres de mañana. Es un trabajo que hay que hacer en presente, con vista larga al futuro”.

La también Máster en Atención Integral a la Mujer defiende, además, como tema pendiente los problemas de la fémina en edad mediana, entre los 45 y los 60 años.

“Es una mujer que pasó su etapa reproductiva y, a veces olvidamos, pero está activa socialmente y tiene una posición importante como fuerza productiva en el desarrollo del país”.

La longevidad, “sin ser un tema que falte en RIC, y un ejemplo de ello es la reciente publicación de un suplemento sobre el tema; también debe seguir desarrollándose, desde la atención al adulto mayor en todas sus aristas.

Vitales, también, las miradas científicas a los temas socioambientales, por ejemplo: el dengue, “una de las enfermedades que más nos afectan” y “los problemas nutricionales que derivan en la anemia y que pasan, muchas veces, por la formación de las personas, y el conocimiento de cómo alimentarse con una dieta saludable, que no siempre es lo mismo que rica al paladar”.

También, defiende, “debe hacerse énfasis en los resultados relacionados con la formación médica superior, porque el desarrollo de todos los programas, todos los temas anteriores, pasan por la calidad del aprendizaje de nuestros galenos”, asegura.

Sobre los retos de la Medicina, los médicos e investigadores ante una situación económica que limita, especialmente, los recursos para la atención a los pacientes, la especialista apuesta por la comunicación.

“Yo creo que ahí está el reto, porque la comunicación parte de saber el contexto en el que usted actúa, y ese conocimiento le dirá si avanzar o detenerse… qué dirección seguir.

“Quizás hoy no pueda, desde la producción científica, presentar los resultados de una investigación específica, pero quizás sí pueda producir el resultado de una adecuada aplicación del método clínico para llegar a un diagnóstico y, siendo exquisita, a uno que me permita utilizar de manera correcto el arsenal terapéutico a disposición”, detalla.

El médico no puede cruzarse de brazos ante las carencias. “Es importante, desde la comunicación y el cuidado de la ética, nuestros galenos sepan proteger a los pacientes”.

“Yo soy doctora de patología de cuello, y nos falta material para hacer biopsias, pruebas citológicas, pero tengo que ser capaz de explicarle a esa persona, con los medios que dispongo, su situación y sus alternativas hasta que tengamos otros resultados”.

En su campo específico, la Ginecobstetricia, hay un debate amplio que, a su vez, crea nichos de problemas a investigar, al que se suman las transformaciones de la especialidad a nivel internacional. ¿Cuál es el papel de RIC ante esa realidad?, preguntamos.

“La especialidad viene revolucionándose en el tiempo, con la incorporación de una serie de tecnologías para la atención a madre y niño, el bienestar de la salud fetal y la atención perinatológica y es hora de que nuestros investigadores tengan una mirada a mostrar y socializar los resultados que se han logrado con su implementación en el país. Hablamos de algunos introducidos hace más de una década, como marcadores de la salud fetal, técnicas ultrasonográficas para vigilancia del trastorno hipertensivo en la mujer, el manejo del código rojo ante una posible hemorragia obstétrica”.

Hay, entretanto, un debate que también cobra fuerza sobre la ética, lo relacionado con el trato al paciente, terciamos y la doctora asiente.

“En mayo, y esto es solo un ejemplo, tendremos nuestro congreso XVIII y allí, por primera vez, se incluye la temática de la violencia obstétrica, y los aspectos médicos legales de esa atención, que van de la mano.

“Estos asuntos, se definen a partir de una adecuada implementación de la ética médica, que parte a su vez de la comunicación, el conocimiento y las nuevas tecnologías… y hacen que el profesional tenga que reflexionar desde la entrevista a la persona, sobre la relación médico paciente, desde la aplicación y solicitud del consentimiento informado”.

¿Se entronizan, todos esos aspectos, con esa voluntad del país de ampliar, en todos los sentidos, los derechos de las personas? “Sin dudas. El mundo lo ve de esa manera. Ya no el médico por su lado, haciendo lo que considera importante y mejorar para su paciente, sino una relación de respeto mutuo, que comienza con el consentimiento informado”.